Está claro que compartir la vida con una mascota tiene muchísimos beneficios, sin embargo muchas son las personas que no son concientes de que los mismos están íntimamente relacionados con la responsabilidad y la entrega. Nuestras mascotas son seres vivos, que necesitan cuidados a lo largo de toda su vida, porque sienten y sufren dolor y amor (como nosotros).
Una mascota no es un juguete. No es algo de lo que uno se pueda deshacer si no nos gusta, nos da problemas o mucho trabajo. Implica sensatez y responsabilidad, tanto si es una pájaro, un perro o un gato. Por eso es esencial comprender y transmitir la importancia de ser responsable con las obligaciones que se adquieren al decidir convivir con una mascota.
Los beneficios son incontables, pero hay que estar preparados y saber si podemos asumir su cuidado ya que nuestra mascota nos va a acompañar un tiempo importante de nuestra vida, y tenemos que ser consientes de sus necesidades y sus derechos
Quienes desean incorporar una mascota a su hogar antes de hacerlo deben mínimamente conocer sobre los hábitos y necesidades como la dieta que requiere en cada etapa de su vida, o informarse sobre los rasgos de su biología -cuánto vive, cómo y en qué tiempo se reproduce, e incluso acerca de las medidas de prevención sanitaria -las enfermedades que puede contraer y eventualmente transmitir a otras mascotas o bien al hombre-, y el costo económico de los alimentos, la atención veterinaria, y los accesorios que demanda su mantenimiento, entre otras cuestiones.
En nuestra ciudad con gran preocupación observamos el creciente numero de mascotas que han sido abandonados por “sus dueños” o que no reciben la atención debida, a veces es muy reducido el numero de personas que realmente le otorgan a sus mascotas el lugar que ocupan en sus familias, recordemos, no solo basta con alimentarlos sino que también hay que bañarlos, llevarlos al veterinario, entrenarlos, jugar con ellos para darles cariño y amor. En la actualidad muchos animales se encuentran en refugios porque sus dueños no pensaron realmente cuánto tiempo llevaba cuidar de ellos. Y esa situación debe empezar a cambiar.
Una mascota es, o al menos debería serlo, un amigo; un compañero. No importa si se trata de un perro, de un gato, o de una araña. Cuando decidimos que ese animalito va a ser nuestra mascota, debemos comprometernos a que no solo nosotros disfrutemos de tenerlo, sino que él también disfrute con nosotros.
Tu mascota es tu compañera, y al mismo tiempo tu responsabilidad, ya que su vida está en tus manos.
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