La inseguridad es un fenómeno que lamentablemente de a poco se a hecho presente en la realidad de los jujeños. Ya no solo hablamos de asaltos, robos o saqueos, al amparo de la noche, a vehículos o viviendas sino que se observa, el creciente delito a civiles, en la vía publica: personas mayores, madres que van con sus niños, o adolescentes, son hoy por hoy el blanco fácil de los malvivientes que sustraen carteras, celulares, ruedas o esteros y cada vez los asaltos son mas violentos, se golpea a las victimas, se las arrastra en motos, se las reduce y lo mas grave es que son hechos que están ocurriendo a plena luz del día.
Ya no se puede caminar solitariamente. Y es algo que hay que frenar porque es la antesala de la restricción de la vida social y el comienzo del miedo.
Si no queremos vivir en una ciudad donde la postal constante sea autos blindados, casas con cercos electrificados, seguridad personal, alarmas internas y externas como ya esta sucediendo en otros puntos del país, es ahora que como ciudadanos tenemos que exigir al estado que cumpla con su obligación de brindarnos seguridad y que ofrezcan respuestas inmediatas que solucionen esta creciente inseguridad que se vive.
Por lo pronto habrá que esperar a que se articule esta reciente Comisión Especial que creo la legislatura y que tiene por objeto tratar el fortalecimiento institucional y las políticas de seguridad. Queda claro que como primera medida es necesaria, pero la comunidad necesita mucho más, necesita resultados, medidas concretas que frenen la inseguridad. Ya en el 2007 un informe del defensor del pueblo nos colocaba como la provincia con mayor inseguridad del país, desde entonces hasta ahora la situación no ha mejorado por el contrario la sensación de indefensión y el saqueo de la tranquilidad ciudadana también ha organizado a grupos de vecinos – que en intentos de proteger su comunidad realizan acciones de alerta creando comisiones de seguridad o creando patrullas vecinales.
En un punto el recrudecimiento de la inseguridad contagió una especie de «yo por vos y vos por mí» que hace al instinto de preservación colectiva y cuyo único requisito es la armónica convivencia entre vecinos que se organizan para brindarse la seguridad que no llega por parte de las autoridades.
Ya son muchos los argentinos que en estos momentos son privados del derecho constitucional de transitar libremente por las calles. Lo conocemos a diario en informativos nacionales, quienes nos gobiernan les han cedido esos derechos a los delincuentes, por eso entre todos tenemos que pedir una solución, porque no se puede construir una sociedad que viva alterada, en estado de pánico, desconfiando de todo y de todos.
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